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Consulado De Colombia En Miami

December 12, 2009 by · Comments Off on Consulado De Colombia En Miami 

Consulado De Colombia En Miami:Miami– Si me hubieran preguntado hace 10 años si Estados Unidos cambiaría alguna vez sus políticas antidrogas enfocadas en la intercepción de narcóticos, e incluso tal vez despenalizar el consumo de mariguana, hubiera respondido: “Nunca”. En la actualidad, mi respuesta es “quizás”.
A principios de esta semana, en una tácita admisión de que las políticas antidrogas vigentes no están funcionando, la Cámara de Representantes aprobó unánimemente un proyecto de ley para crear una comisión independiente que se encargaría de revisar si las políticas antidrogas estadounidenses en América Latina durante las últimas tres décadas producen resultados positivos.
La legislación irá ahora al Senado donde, según sus defensores tiene buenas posibilidades de ser aprobada, dado el respaldo bipartidista en la Cámara. El panel de 10 miembros, que se creó según el modelo de la Comisión del 9/11 que hizo recomendaciones al Congreso y a la Casa Blanca tras los ataques terroristas del 2001, tendrá que entregar su informe en 12 meses.
Lo que resulta interesante sobre la planeada comisión independiente es que la idea no surgió de un defensor de la legalización. El patrocinador del proyecto de ley, el representante Eliot Engel (demócrata por Nueva York), se opone a la despenalización de las drogas para lo que no sea un uso médico, y es un político tan común como cualquier otro miembro del Congreso.
Sin embargo, la frustración de Engel por los resultados de la guerra contra la droga es sintomática del escepticismo cada vez mayor de Washington acerca de las políticas antidrogas del país.
Desde 1980, Estados Unidos ha gastado casi 14 mil millones de dólares tratando de detener el contrabando de drogas desde América Latina, dice el proyecto de ley. Aunque el consumo de drogas ha disminuido notablemente como una proporción de la población, todavía hay 25.7 millones de personas que fuman mariguana, 5.3 millones que consumen cocaína, y 453 mil  que usan heroína. Entretanto, los sistemas judiciales y penitenciarios estadounidenses están abrumados con encausamientos por cargos relacionados con el consumo de drogas.
Las políticas enfocadas en la prohibición del consumo de drogas no han cambiado el estatus de América Latina como el mayor exportador mundial de cocaína y mariguana, y la violencia relacionada con la droga en la región no ha hecho más que aumentar. Sólo en México, 5 mil 661 personas murieron el año pasado en incidentes violentos vinculados con la droga, más del doble que el total del año anterior.
“Se han gastado miles y miles de millones de dinero de los contribuyentes. A pesar de nuestros esfuerzos, los resultados positivos son escasos y muy lejanos”, dice Engel, que dirige el subcomité del Hemisferio Occidental de la Cámara. “Evidentemente, llegó el momento de analizar nuestra labor contra las drogas con un enfoque más fresco”.
Entre otras cosas, la comisión estudiará nuevamente los programas antidrogas como el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida para México, Centroamérica y el Caribe.
Engel dijo que la comisión “enfocará todos los aspectos de nuestra política antidrogas”.
A inicios de este año, los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Ernesto Zedillo, de México, y César Gaviria, de Colombia, firmaron una declaración conjunta donde sugerían que ya era hora de considerar despenallizar la mariguana –según estudios citados por los ex mandatarios no es más dañina que el alcohol y el tabaco– y enfocarse en la educación y la prevención para reducir el consumo de drogas.
Si hubiera tenido alguna duda de que el sentimiento del público con respecto a las políticas antidrogas está cambiando en Estados Unidos, una conversación con Manuel Rocha, ex embajador norteamericano en Bolivia, me dejó convencido. Rocha, que era conocido como un severo propulsor de la política antidroga cuando dirigía a las 950 personas que componían el personal de la embajada hasta el 2002, me dijo que respalda la declaración que hicieron Cardoso, Zedillo, y Gaviria.
“Las cosas han cambiado”, me expresó Rocha. “Tenemos que ser intelectualmente honestos, y llegar a la conclusión de que llegó la hora de cambiar el enfoque de nuestras políticas fallidas”.
Mi opinión es que Washington está a punto de comenzar una discusión libre de tabúes sobre sus políticas antidrogas, algo que era impensable hace algunos años.
Hay tres razones principales para esto: en primer lugar, el enfoque de Estados Unidos en “la guerra contra las drogas” de los años 90 ha sido sustituido por la guerra contra el t*rror*smo tras los sucesos del 11 de septiembre del 2001. En segundo lugar, la crisis económica del 2008 ha hecho que los legisladores revisen cómo se gastan los fondos del gobierno. Y en tercer lugar, la violencia generada por el narcotráfico en México ha causado una ansiedad creciente en los círculos de seguridad nacional de Estados Unidos.
Lo más probable es que la comisión independiente no recomiende la despenalización de la mariguana, pero sí plantee el tema como un debate legítimo. Mientras tanto, el gobierno de Obama anunciará dentro de poco una nueva Estrategia Nacional para el Control de la Droga que se enfocará más en la reducción de la demanda que las medidas anteriores.
De cualquier modo, es obvio que hay un sentimiento cada vez mayor de que la guerra contra las drogas no funciona, y que tenemos que enfocarnos más en los que las consumen, en vez de concentrar nuestras energías en los que las producen.

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